Una mirada,
algo que brilla así de triste,
entre mis ojos y los tuyos.
Cien mil millas nos repelen,
una frontera de palabras no dichas,
resbalan las miradas bajo un manto de amargura.
Maldita ambigüedad que me destruye,
malditos diez centímetros de silencio,
entre tus manos y mis manos.
Si quieres me voy, me olvido,
me alejo y no regreso.